jueves, 9 de marzo de 2017
Multo male
¿De qué me sirve la eternidad
Si no la vivo como yo quiero?
¿De qué me sirve soñar
Si nunca voy a vivir mis sueños?
Cada niño mendigo que me encuentro al caminar es la remembranza de algún sueño roto, o de un soñador inválido que se ha anonadado ante el llamado inagotable de su corazón. Y el niño mendigo que comparte conmigo el aire que respiro, no se anonada, ni tampoco sueña. Se margina de su interior, y nunca se exalta por el soñador inválido que lo contempla desde las más altas bajezas del soñador que vive dormido, pero nunca sueña.
Ella de vez en cuándo
Ella me gustaba tanto
Pero las circunstancias
De la vida me gustaban
Tan pero tan poco
Que cuándo canto
Las circunstancias
Son como cuando hablaba
Una sátira expuesta a lo loco
Por eso ahora cada mañana
Me persigno con la belleza de mi cuerpo
Medito en las infinitas alturas de mi ser
Y por la tarde hago que algún Godínez agache la mirada
Me desmonto de cualquier telaraña
Muero cada cuándo y resucito después de muerto
Taimado alborozo que no me exhorto a comprender
Denodada circunstancia, vasta en polvo de hadas
Ella aveces ya no me gustaba tanto.
Pero las circunstancias
De la vida me gustaban
Tan pero tan poco
Que cuándo canto
Las circunstancias
Son como cuando hablaba
Una sátira expuesta a lo loco
Por eso ahora cada mañana
Me persigno con la belleza de mi cuerpo
Medito en las infinitas alturas de mi ser
Y por la tarde hago que algún Godínez agache la mirada
Me desmonto de cualquier telaraña
Muero cada cuándo y resucito después de muerto
Taimado alborozo que no me exhorto a comprender
Denodada circunstancia, vasta en polvo de hadas
Ella aveces ya no me gustaba tanto.
Mi desvelo menos sombrío
Mi desvelo es por la tarde
El insomnio me acatarra por la mañana
Mi funeral fue hace dos días
Lo realicé en honor a la viuda
La que nunca enluté
En medio del fuego
Mi corazón es el que arde
Mi entierro lo pospuse hasta nunca
En mi lugar enterraré aquél mineral precioso
El que nunca engarcé
Porque poseo minerales y nunca los engarzo
Poseo versos y nunca los escribo
Poseo besos condenados a muerte
Y nunca los fusilo
En medio de la tarde
Mi corazón es el que arde
Y luego del crepúsculo
Voy y realizó cada propósito
Que nunca perpetué.
El insomnio me acatarra por la mañana
Mi funeral fue hace dos días
Lo realicé en honor a la viuda
La que nunca enluté
En medio del fuego
Mi corazón es el que arde
Mi entierro lo pospuse hasta nunca
En mi lugar enterraré aquél mineral precioso
El que nunca engarcé
Porque poseo minerales y nunca los engarzo
Poseo versos y nunca los escribo
Poseo besos condenados a muerte
Y nunca los fusilo
En medio de la tarde
Mi corazón es el que arde
Y luego del crepúsculo
Voy y realizó cada propósito
Que nunca perpetué.
Circundancia
Son circunstancias que nos atañen a todos pero a ninguno en particular, situaciones como las de un verso roto que transmonta a otro corazón que habita dentro de la misma mente; como un palpito que deja en la hoja el párrafo.
Son circunstancias que nos atañen a todos de distinto modo, pero a todos por igual.
Como un corazón atañido por un verso
O un verso tañido en la lucha de un adolorido corazón.
Son circunstancias que nos atañen a todos de distinto modo, pero a todos por igual.
Como un corazón atañido por un verso
O un verso tañido en la lucha de un adolorido corazón.
La travesía
Fue solo un cándido grito
De nuestra retorcida juventud
Un gallo desplumado hecho caldo
Así fue nuestro grito
Que ahogó el canto de las aves
Una travesía en el espacio
Relatada en un cuento para niños.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)